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Hay tres cosas en la vida que uno no puede elegir: la familia, la nacionalidad y el presidente de Venezuela. Se celebraron elecciones en Venezuela, la expectativa era enorme por la distancia abismal que las encuestas mostraban entre el líder de la oposición y el oficialismo y la decepción fue igual de grande. Los argentinos seguimos de cerca los comicios porque los venezolanos son como argentinos pero criados a base de arepas y socialismo y a pesar de las lúgubres imágenes que empezaron a llegar a medida que cerraban los centros de votación, mantuvimos la esperanza hasta último momento. Tras largas horas por un supuesto ataque informático y a pesar de una suspicaz foto de un trabajador del Comité Nacional Electoral donde se veía una clara ventaja para la oposición, salió un pelado del comité nacional electoral a advertir que eso de la democracia está un poco trillado y que allá son más de digitar los resultados en Excel según lo que les plazca. De esa manera, anunció la victoria de Nicolás Maduro con un 51% de los votos y el segundo lugar del candidato de la oposición Edmundo González Urrutia con un 44%.